LA ADICCIÓN A LAS TECNOLOGÍAS CAUSA FUERTES ENOJOS EN LOS MÁS CHICOS
Relaciones familiares en crisis. Se generan como
respuesta a los límites para el uso del celular, la tablet o la PC. En algunos
casos se dan discusiones violentas y hasta agresiones a los padres.
Hay casos que aunque no aparecen en las
estadísticas de violencia familiar -porque en su mayoría se dan puertas
adentro-, dan cuenta de la crisis por la que transita la función de los padres
que no han podido fijar límites a tiempo. Se trata de la violencia
filoparental: hijos que dominan, insultan y hasta les pegan a sus padres.
El disparador de los virulentos ataques de ira suelen ser las discusiones derivadas del uso o la falta del celular, la tablet o el artículo electrónico que sea. Los protagonistas no son sólo los adolescentes -inmersos en la típica rebeldía de la edad- sino también nenes más chicos, incluso los que están dando sus primeros pasos en la lectoescritura.
El disparador de los virulentos ataques de ira suelen ser las discusiones derivadas del uso o la falta del celular, la tablet o el artículo electrónico que sea. Los protagonistas no son sólo los adolescentes -inmersos en la típica rebeldía de la edad- sino también nenes más chicos, incluso los que están dando sus primeros pasos en la lectoescritura.
¿Qué rol juegan las nuevas tecnologías, como característica de época, en este tipo de conductas? ¿Potencia los conflictos entre padres e hijos? ¿Por qué?
Para los menores, esos aparatos representan un objeto de deseo mucho más fuerte que cualquier entretenimiento del pasado que supo ser centro de conflictos durante la adolescencia de los padres de hoy.
En Europa, cada año se produce un promedio de entre
150 y 160 detenciones de menores por este tipo de casos, según publicó hace
unos días el diario La Vanguardia. Dice la Policía de esa región que cuando las
familias acuden a ellos llegan muy deterioradas anímicamente y muchas veces
estando ya en tratamiento psicológico. Parece que allá y acá lo que está en
crisis es el modelo de crianza. "Las actitudes violentas son producto de
la forma de crianza y el entorno social que conforman el desarrollo de la
infancia del chico. Si los temas se resuelven a los golpes e insultos, ése será
después el método de los chicos. Y eso replica día a día en la violencia
escolar, en los noviazgos violentos".
Se dan conductas del llamado "bebé tirano"
Hasta el año, parece que los demás sólo existen para satisfacer sus necesidades. A partir de ahí, el niño va aprendiendo estrategias para conseguir lo que quiere, como las famosas y temidas rabietas. Hacia los 4 ó 6 años, ya puede ser capaz de verbalizar su rabia y controlarse un poco más. Pero no es el caso del "niño tirano" que sigue intentando imponer su voluntad. La agresividad persiste, avanza, se agudiza y a partir de los 14 años se junta con la rebeldía propia de la adolescencia.
"La
adolescencia es un momento vital en el que se pone de manifiesto cómo
transcurrió la infancia", "La violencia es un modo de reclamo: el
hijo violento, de alguna manera, se sintió violentado a lo largo de su vida,
porque no pudo contar con sus padres del modo en que él hubiera
necesitado".
Sesiones
y consultas
Dra.
María Teresa Charún
Psicóloga
Clínica Educativa
Máster en Salud y Bienestar Comunitario
Universidad Autónoma de Barcelona - España
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E-mail: unifam2013@gmail.com
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